DESCRIPCIÓN
El punto de partida ha consistido en crear para los órganos judiciales de Barcelona y L’Hospitalet, como también para los órganos auxiliares, una estructura volumétrica versátil y flexible, adaptable a los posibles y futuros cambios funcionales legislativos.
La Ciudad de la Justicia tiene una identidad tectónica propia que la diferencia de la silueta urbana del entorno y crea un nuevo elemento personal dentro de la diversidad estructural urbana. El proyecto ha pretendido crear un ambiente laboral creativo, claro, sereno y versátil para los funcionarios sin olvidarse de los visitantes. La racionalidad y la sistematicidad crean un ente lógico, a pesar de la magnitud de los edificios y su diferenciada funcionalidad, es fácil orientarse tanto en su exterior como en su interior.
En la planta baja, con doble altura, y siguiendo la lineal de salas de vistas se ha creado una calle interior que cruza el edificio de lado a lado y va cruzándose con las dobles alturas de los halls de acceso a las salas de vista y acceso exterior, y que como cajas vidriadas unen las diferentes torres.
La relación urbana con la ciudad nace de los grupos de torres y espacios-plaza que entre ellos se forman. Tanto en un lado de Barcelona como en el lado de L’Hospitalet se crean unas plazas que aumentan su identidad propia. Con este movimiento, las dos fachadas de las dos jurisdicciones miran hacia su ciudad.
El espacio más significativo de la Ciudad de la Justicia es el nuevo espacio urbano que se crea entre las torres: la nueva plaza (Forum). El espacio urbano crea impresiones espaciales tanto monumentales como humanas. La nueva plaza es un espacio urbano para los peatones, una verdadera plaza urbana con su entorno recreado con estanques y plantas. Las mismas articulaciones se repiten dentro de las zonas de acceso, calles interiores y plantas superiores. Se crea una impresión del conjunto arquitectónico donde los espacios públicos urbanos continúan dentro del edificio.